sábado, 15 de enero de 2022

LOS EXABRUPTOS DE UN PERDEDOR

 

Nacho Ruíz. Foto: La Verdad. Fuente: Internet.

Leo en La Verdad de hoy, sábado, 15 de enero de 2022, un artículo de opinión de Nacho Ruíz titulado "Cómo (y para qué) se instrumentaliza un museo? Entre otras opiniones, habla sobre el drama de los museos españoles actuales con el peligro de su presumible irrelevancia, o sobre sus cuitas con el nombramiento de Rafael Fuster como director del Gaya. El articulista, que fue candidato a esa plaza y  quedó en segundo lugar, manifiesta también en el artículo que, en caso de haber sido nombrado, "hubiese querido que fuese un museo que recuperase la mejor generación del arte murciano, la de los 20 con Pedro Flores -exiliado en París y acogido por Picasso-, Luis Garay, Planes, Clemente Cantos, Joaquín, Garrigós... que no se dedicasen todas las inversiones a uno solo de aquellos artistas".

O sea, que si lo hubieran nombrado a él, ya estaría cambiando el museo para meter a todos aquellos artistas de los años veinte. Lo que no dice el amigo Nacho -o desconoce-, es que algunos de esos artistas  ya están allí y que el primero que los metió en aquel museo fue el propio Ramón Gaya, comprando con su dinero la obra que pudo -y por supuesto la que consideraba mejor- y donándola posteriormente a la ciudad de Murcia. Puedo dar fe de que en aquellos años setenta, poca, muy poca gente hablaba de Bonafé, de Cristóbal Hall, de Clemente Cantos, de Garay, e incluso de Pedro Flores. De los pocos que lo hicieron y que se dedicaron a buscar lo que pudieron de aquellas obras perdidas fue Ramón Gaya. Yo mismo encontré y compré en un anticuario de Murcia el cuadro de Pedro Flores titulado "Tejados" de 1925. Cuando Gaya se enteró de que lo había comprado, me pagó la cantidad que yo había pagado y me dijo: "este cuadro tiene que estar expuesto en el museo". Y allí está.

Olvida -o desconoce- el amigo Nacho, que ese museo no es más que el techo que se le ha puesto a una colección de más de cuatrocientas obras donadas por Ramón Gaya y por su viuda a la ciudad de Murcia. Recuerdo que esta polémica ya surgió -cómo no- en aquellos tiempos de la inauguración. Que si Gómez Cano no tenía museo, que si Bonafé, Almela Costa..., a lo que el propio Gaya contestaba: ¿Pero dónde está la obra de esos pintores para hacerles un museo?

Y yo te pregunto hoy en día, Nacho: ¿Dónde está esa obra que ibas a meter? A lo mejor, si no se gastase tanto dinero público en los artistas emergentes que con tanto gozo patrocináis, quedaba algo para recuperar esas obras que tanto añoras y poder así ponerlas también bajo techo. Ánimo, que lo mismo arraiga la idea de otro museo y se necesita otro director. Seguro que lo harías muy bien.


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