miércoles, 19 de enero de 2022

EL MALTRATO ANIMAL COMO ARTE PANDÉMICO

Interior de la sala que acoge la exposición.

Acaba de ser presentada en el Museo del Cristo de la Sangre de Murcia la exposición titulada “Arte en tiempos de crisis”, en la que nueve artistas propuestos por otros nueve miembros de AMUCA (Asociación Murciana de Críticos de Arte), presentan una serie de obras, las cuales -según José Alberto Bernardeau-, han sido realizadas por parte de estos autores "relatando sus impresiones y vivencias personales durante la crisis provocada por la pandemia en la que nos hallamos inmersos”

 

Desde luego el día escogido para ver la muestra ha sido un día frío, quizá el día menos idóneo para visitar un lugar que ya uno presuponía gélido de por sí. Eso en cuanto al continente, pero, es que, aún nos quedaba el contenido. ¡Ay el contenido!

 


"El lector", obra de Carmen Cantabella


De entrada, lo que nos ha parecido de cierta ingenuidad, es precisamente la justificación de la muestra. Juntar unas obras que nada tienen que ver unas con otras y, para darle un sentido, enmarcarlas posteriormente con el común denominador de haber sido realizadas en tiempos de la crisis producida por la pandemia, es poco menos que enternecedor. Si, encima, se le endosan al proyecto las también diferentes literaturas relacionadas con el “ahogo” que sufren los artistas ante tan injusto fenómeno natural, pues ya la cosa empieza a ponerse de telenovela sudamericana.

 


"Grita", obra de José María Garres.


Desde luego creemos que el mensaje buscado va a calar muy poco entre la gente no interesada ni prejuiciada que pueda visitar la exposición. Además, nada de lo allí expuesto tiene que ver con la pandemia de una forma explícita. Otra cosa es que, ante cualquier ocurrencia de las que cualquiera podemos tener, el teórico de turno pueda darle el enfoque que estime oportuno: ha sido por la crisis pandémica, la crisis económica, la crisis social, sanitaria, existencial, de valores, generacional… Es más, cuanto más gratuito y absurdo sea el tema escogido, más facilidad tendrá el teórico para divagar a voluntad. Por ejemplo: Sobre un lienzo en blanco, presentado en forma de rombo, el autor ha colgado un rosario y pintado como un reguero de sangre, justo en el sitio del Cristo Crucificado. Ante esta obra -como hace el comisario de la muestra, Pedro Alberto Cruz-, se puede decir que el autor “Grita al tratar de tapar la realidad sangrante con un símbolo sangrante”, pero también se podría argumentar sobre la inestabilidad histórica en la que ha entrado la cristiandad… En fin, a voluntad del consumidor.

 


Una mano que dibuja el recorrido de una hormiga al huir. Vídeo de Ramón González Palazón.


Una de las obras, la realizada por Ramón González Palazón, titulada “A pesar de la oscuridad” y presentada por el crítico Rodrigo Carreño Río, es un vídeo de veinticuatro minutos, a plano fijo, en donde el autor ha puesto sobre una mesa de luz un par de hormigas y con su mano ha seguido a una de ellas, dibujando el recorrido que sobre esa superficie realizaba la hormiga. Indudablemente la hormiga, ante su desconcierto por el peligro que intuye, empieza a huir sin saber muy bien por dónde; de esta forma, nuestro artista va dibujando la trayectoria que en forma de madeja se crea sobre esa superficie iluminada. Ante este resultado, el crítico que la avala nos dice que el autor “reflexiona sobre conceptos como lo efímero, lo material o lo temporal que, en tiempos de crisis, el ser humano busca resignificar mediante el movimiento como acto de reacción”. ¡¡Toma ya!! Otros habríamos visto maltrato animal o simplemente aburrimiento.


 

Resultado final del recorrido de la hormiga. Video "A pesar de la oscuridad" de González Palazón.


El resto de obras -entre las que se encuentran dos de Carmen Cantabella-, allí están colgadas a disposición de todos aquellos que quieran “reflexionar sobre lo efímero”.

 

Pero lo que más nos ha llamado la atención de esta exposición no son tanto las obras escogidas, como el “silencio cómplice” de tanto crítico de arte ante el vacío creativo que se nos presenta. Que, ante la asimilación a arte del recorrido de una hormiga perseguida por una mano, ninguno de esos críticos se haya plantado o reflexionado sobre el empobrecimiento evidente de un arte que se autodefine como actual, pero que ya es centenario, es la triste y desmoralizante lección que uno saca después de haber visitado aquel lugar. Artistas, críticos, galeristas, medios de comunicación… Menos mal que faltaba el público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario