viernes, 14 de enero de 2022

EL "DESPIPOTE" DEL ARTE EN LAS INSTITUCIONES MURCIANAS

"Tarde de domingo 3" de Carmen Cantabella.

 

Si un día se me ocurriese entrar a un museo de alguna ciudad y, nada más entrar, me encuentro una exposición con un cuadro de estas características, salgo de ese museo inmediatamente y, seguramente, "escopeteado" de la misma ciudad. Pues eso mismo me sucedió ayer al entrar en el Museo de la ciudad de Murcia, que nada más entrar y ver colgado en la pared este cuadro, dentro de una exposición titulada “In Nómime Dame” -muestra en homenaje a la antigua patrona de Murcia, la Virgen de La Arrixaca-, solo me dieron ganas de huir. Cosa que hice.


Decir esto que digo en los tiempos que corren -y, sobre todo, en este patio de vecinos que son las redes sociales-, ya sabe uno a lo que se expone. Sí, a las hordas neorrealistas que pronto me mandarán a “ese mundo estético y sibarita donde las llamas del infierno lo consumen todo sin dejar un ápice para la expresión del amor…”; pero es lo que hay, amigo Antonio, aunque unos juzgan obras y otros juzgan juicios.


 

Detalle de "Tarde de domingo 3"


Por otro lado, me gustaría dejar muy claro que cuando critico cualquier obra -ésta misma de hoy-, lo hago desde el mayor de los respetos por la persona que la firma. Otra cosa es la obra en sí, una obra que no se ha quedado en una casa particular, sino que ha sido expuesta en un lugar público a disposición de todos aquellos que estemos dispuestos a verla y, por supuesto, a juzgarla.

 

Pues bien, mi juicio sobre esta “Tarde de domingo 3”, de Carmen Cantabella, es que se trata de un mero ejercicio personal, -casi un entretenimiento-, sobre la copia de una imagen fotográfica. Nada de arte, nada de valores pictóricos, nada de interés alguno -ni siquiera como ejercicio copístico-, nada de gusto estético…, por mucho que Pedro Alberto Cruz valore en el cuadro la alusión explícita de Cantabella a la menstruación y a no sé qué más literaturas. Claro, por mucho que se argumente, si la obra por sí misma no alcanza los mínimos exigibles que debe tener una obra -a las pruebas me remito-, todo lo que se diga, no solo no la ayudará, sino que servirá para volverlo todo mucho más triste y patético.


Detalle de "Tarde de domingo 3"


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