lunes, 29 de febrero de 2016

SOBRE LA CRÍTICA

La entrada anterior sobre la exposición "Objetivo igualdad" parece ser que no ha gustado demasiado. Bueno, si simplemente no hubiese gustado, no sería ningún problema, pero evidentemente ha causado cierto disgusto y algo de rechazo y, sobre todo, bastante incomprensión con una opinión personal sobre el sentido de la exposición. Incluso personas cercanas a mi -la misma María Manzanera, amiga desde tiempos inmemoriales-, han reaccionado molestas y sorprendidas por mis palabras en la misma. Ni que decir tengo que no está en mi ánimo el polemizar y, mucho menos, el molestar a nadie, por lo que si ha sido así, de entrada pido disculpas.
María me recriminaba no tener un título que me acredite como crítico y es verdad, solo que para criticar no creo que se deba tener ningún título acreditativo, aunque claro, se deban tener conocimientos del tema, experiencia, formación... Soy licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Murcia,  he ejercido la crítica de arte durante varios años en varios medios provinciales y nacionales, pero lo que considero que más me avala no es otra cosa más que mi pasión por el arte desde que tengo uso de razón. ¿Qué más hay que tener para poder opinar sobre arte?
Para poder opinar -digo-, no para pontificar, juzgar o sentenciar. Y ahí está la clave de lo que uno piensa sobre la crítica de arte: que no debe ser otra cosa nada más que una opinión sincera y desinteresada de lo que se expone. Para lo contrario ya están los críticos oficiales, esos de título y contrato por parte de alguna línea editorial. Mis críticas son mis opiniones, mejor o peor expresadas o explicadas, pero no cabe ninguna duda de que lo que digo es lo que pienso y solo lo que pienso. Eso sí, jamás diré nada personal o descalificador de la persona, porque nunca juzgo una obra con prejuicios personales, sea en un sentido o en el otro.
Por otra parte, cuando uno decide hacer públicas sus opiniones sabe perfectamente que éstas pueden ser aceptadas o no por parte de quienes las lean, pero ese es el riesgo y ese el compromiso; para decir "cuánto se ha pintado y fotografiado y todo qué bonito" no hace falta la crítica, solo la hoja parroquial de cualquier diario provincial.
¿Y por qué -de repente-, abro un espacio virtual dedicado a la crítica de arte? ¿cuál es mi interés? Pues decidí abrirlo porque como he dicho antes me apasiona el arte, me parece algo fundamental, necesario para la sociedad y, sin embargo, cada día veo menos arte y más tergiversación, más manipulación y como sigo creyendo en los inmortales valores del arte, pues me dedico a buscarlos, nada más y nada menos. ¿Y mi interés? Ninguno, bueno, solo que me leas y me comprendas. Lo mejor que tiene la libertad de expresión es que no implica obligación de nada ni de nadie.

1 comentario:

  1. Bueno, quien muestra cosas al público debería saber que esas cosas (o lo que motiva esa muestra, que creo que es a lo que se refería tu crítica) pueden o no gustar y que se expone a opiniones.
    Yo estoy de acuerdo con la crítica que hiciste (u opinión que manifestaste, llámalo como quieras) y no veo motivo para que nadie se ofenda por ella.
    Pero aquí estamos acostumbrados y solo se aceptan halagos, "críticas constructivas" le llaman a eso.
    Y las demás, las que halagan, ya se sabe, son "destructivas". En fin, que estamos en Murcia.

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