jueves, 24 de marzo de 2022

EL CLASICISMO RENOVADO DE MANUEL PÁEZ



Dentro de la lógica expositiva, Manuel Páez presenta en la sala alta del Casino de Murcia su última exposición centrada en el mundo de la mitología clásica y más concretamente en la figura de Dionisos. Esa es, como decimos, la excusa, el hilo argumental que toda exposición que se precie debe tener para darle una coherencia al trabajo en su conjunto. Dionisos como figura mítica central -figura en la que el propio artista se identifica-, rodeado de su cohorte de ménades, ninfas y sátiros. El dios del vino y de la fauna asociado al éxtasis y la intoxicación, frente al dios Apolo, el cual encarnaba la claridad, la distancia divina, la luz de la verdad a través de la música y la poesía. En definitiva, el cuerpo frente al alma, la realidad frente al deseo.

 



Para abordar el tema, Manuel Páez ha trabajado tanto la pintura como la escultura, pero mientras en las obras pictóricas -sobre todo en los formatos medios- ha buscado un lenguaje mucho más acorde con el mundo clásico en el que se adentra, en las esculturas, en cambio, su lenguaje es mucho más actual, más dirigido al hombre de nuestro tiempo.

Desde luego, pintar hoy en día unos cuadros de tema clásico y a la manera clásica, resulta un atrevimiento; o yendo aún más lejos, una verdadera “performance”. ¿Acaso semejante actitud en los tiempos que corren no es, en sí misma, una auténtica búsqueda de sentimientos y emociones?

 

Frente a ese lenguaje más clásico, más hierático, de los formatos mayores, en las obras pictóricas de pequeño formato el lenguaje adquiere una mayor libertad, sin que por ello lleguen a perder su sentido último. Sin embargo, en estas obras más pequeñas es donde encontramos la mayor aportación de Manuel Páez: como una especie de fugacidad del gesto, de la mirada, algo muy asociado a los tiempos actuales en donde la imagen ha condicionado -y hasta redirigido- nuestra mirada y nuestra percepción de la realidad. Esa lengua remordida, ese gesto que describe lo efímero de una mirada, son muy de hoy, muy terrenales, muy de Dionisos.



 

Decíamos antes también que en las esculturas el lenguaje es mucho más actual. Y no solo más actual, sino también mucho más vivo. Siguen los temas clásicos con sus sátiros y demás personajes, pero el simple hecho de haberlos concebido casi como una instantánea, les da a estas figuras un carácter novedoso y original. Uno los mira condicionado por sus identidades clásicas, pero esa espontaneidad, ese gesto circunstancial que expresan sus rostros, nos rompe los esquemas y nos hace replantearnos nuestros propios prejuicios temporales.





Finalmente decir que el Casino de Murcia ha tenido el acierto de montar una exposición con estas características tan peculiares, pero, sinceramente, creemos que este tipo de trabajos son los que merecen ciertos espacios públicos. Podrá, desde luego, gustar más o menos, o incluso no gustar, pero lo que es indiscutible es la valentía de este artista murciano para hablarnos de un presente con un lenguaje que todos entendemos.

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