miércoles, 9 de febrero de 2022

RÍOS, MARES Y GOLFOS EN LA COLECCIÓN YERA

 

Tápies en el altar mayor.


Atlas, mapa, cartografía…, sí, toda una terminología muy contada y medida en términos geográficos, aunque todavía nos falta por saber los ríos, mares y golfos con los que cuenta esta especie de intento “clasificatorio” que representa la exposición “Atlas”, una muestra basada en la itinerante colección “Mariano Yera” y que actualmente puede verse en la sala de San Esteban de Murcia. Y conste que cuando hablamos de ríos, mares y golfos, no nos estamos refiriendo metafóricamente a las obras allí expuestas -muchas de ellas ya cartografiadas hasta en los mapas estelares-, sino a las personas, colectivos, organizaciones, empresas y líneas políticas que hay detrás del arte que tan solemne e institucionalmente nos muestran.

 

Para “entender” un poco en qué consiste esta exposición -más allá, claro está, del gráfico caleidoscópico que allí se expone para deleite de cultos y beatos-, solo hay que mirar el altar mayor de lo que fue la Iglesia de San Esteban. Y sí, claro, ese lugar tan significativo, tan solemne, tan decisivo, tan iconográfico, tan de referencia y de camino, solo podía estar reservado al mesías, al máximo exponente del arte español del siglo XX, o sea, para un cuadro de Antoni Tápies. A partir de ahí, como si fuesen los Apóstoles, pueden verse: Nuevas Figuraciones, Nuevas Abstracciones, Nuevos Expresionismos, Neo Geo, Pop Art, Op Art -que no es lo mismo, ni lo contrario- Movida Madrileña, Neo Barroco, Artes Textiles, Encuentros de Pamplona, Centro de Cálculo, Arte de acción, Minimalismo, Pintura Expandida, Informalismo, Dau Al Set y Apropiacionismo*, aunque todos ellos se concentran en dos: Amarás a Tápies sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo (o sea, a los que pintan semejante a ti). Estos son, en síntesis, los movimientos y pintores que representan el arte español de la segunda mitad del siglo XX. Un arte en donde, por ejemplo, no está -ni cabe- Ramón Gaya, ese pintor que tiene un museo en Murcia y a cuya titularidad aspiraba Nacho Ruiz, comisario de la exposición junto a Carolina Parra, directores ambos de la Galería T20 de Murcia.

 

                                                                        Tejida abstracción, técnica mixta de Teresa Lanceta



Cuando, auxiliándote del “misal” facilitado en forma de gráfico, te dedicas a identificar cada uno de estos “mandamientos” con su correspondiente “apóstol”, solo reconoces el de “Artes Textiles” representado, a su vez, por tres mujeres: Aurelia Muñoz, Sonia Navarro y Teresa Lanceta (Arte Textil y mujeres, ¡¡con la que está cayendo!!). Y lo reconoces porque, por ejemplo, la pieza que presenta Teresa Lanceta no es más que un tapiz -por mucho que le llamen técnica mixta-, basado en los dibujos multicolores que uno se encuentra por cualquier mercadillo africano o indígena americano. El resto de obras, aunque se las encuadre en un movimiento concreto, podrían estar perfectamente en otro cualquiera, porque no lo están tanto por lo pintado, como por lo interpretado.

 

Pues eso, como suele decirse ahora: “Para gustos los colores”, y que cada cual busque en el Arte lo que el Arte alcance a darle. Pero, ¡ay, amigo!, otra cosa son los “ríos, mares y golfos” de la geografía artística nacional, regional y local. A esos sí que deberíamos confeccionarles un mapa para saber de sus interacciones, influencias, recorridos, aportes, recibos y demás circunstancias geopolíticas y geoestratégicas. Por ejemplo: ¿Cuánto habrá costado el alquiler de esta muestra? ¿Quién habrá cobrado y cuánto? ¿Detrás de la muestra quién está o qué empresa se beneficia con la misma? Nada, las típicas preguntas que el hombre moderno quiere saber echando mano de la ciencia. Puestos a cartografiar, vamos a cartografiarnos todos (Y todas).

 

                                                                                       Jeroglific. Aurelia Muñoz


*. Al ir a salir de visitar la exposición salía también un señor de mediana edad. Al coincidir nuestras miradas mientras nos levantábamos las cejas se me ocurrió preguntarle: ¿Sabe usted lo que es el Apropiacionismo?; a lo que me contestó: Sí, un huevo colgando y el otro lo mismo.

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